domingo, 16 de marzo de 2014

Técnicas y temas del oficio – El retrato – Parte 3

Tipos de retratos

Nos referiremos a los diferentes tipos de retratos utilizados en fotografía, según se explica en la Miniguía Kodak y cuya técnica se puede aprovechar para aplicarla en nuestros relatos.





Hay tres procedimientos o estilos básicos:

1    El retrato formal, en el que tendrá Ud. que organizar la pose, el entorno, la iluminación, los elementos auxiliares y la expresión característica del modelo.

2   El retrato informal, en el que utiliza Ud. la pose, el entorno, y las ropas paraobtener una imagen natural, que no tenga aire estudiado.

3   La espontánea, en la que el fotógrafo actúa como observador independiente (y preferiblemente desapercibido) y cuya finalidad es captar al modelo en actitud descuidada o entregado a una actividad cotidiana.

Las variantes prácticas

1    Se puede hacer un retrato de:
·        cuerpo entero;
·        medio cuerpo;
·        destacar los detalles generales;
·        destacar un detalle significativo.

2   Se puede desarrollar un retrato:
·        estático / en movimiento;
·        de lejos / de cerca;
·        desde la presencia / desde la memoria;
·        en blanco y negro;
·        en sepia;
·        en colores.

3   Hay que tener en cuenta:
·        la importancia del grado de relación entre el retratista y el retratado;
·        no mostrar del retrato lo que luego la narración desdice.


Modos de enfocar

Se retrata a un personaje desde distintos puntos de vista y de acuerdo a lo que se quiere lograr en el relato.
Se puede hacer desde distintos ángulos, algunos de los cuales hemos visto en los puntos precedentes y aquí retomamos incluidos en otra clasificación:

·        la descripción externa
·        la descripción interna
·        la descripción mixta

Ejemplos:

·        De descripción externa:

"En el rostro de Miguel brillaban claros los ojos y claros, clarísimos, los dientes. Rompían entre el ocre de su tez, barro cocido, amasado y abrasado y capaz de contener, y rebosar, el agua más fresca. Porque esta era la verdad. Los pómulos abultados, el pellizco de la nariz, la anchura de su cara, afinada en su base, asociaban este rostro a una vasija de barro popular, gastada y suavizada por el tiento de su uso, pero enteriza siempre."

Vicente Aleixandre

·        De descripción interna, empleada para retratar afectivamente a un personaje:

"A Federico se le ha comparado con un niño, se le puede comparar con un ángel, con un agua ('mi corazón es un poco de agua pura', decía él en una carta), con una roca; en sus más tremendos momentos era impetuoso, clamoroso, mágico como una selva. Cada cual le ha visto de una manera. Los que le amamos y convivimos con él le vimos siempre el mismo, único y sin embargo cambiante, variable como la misma naturaleza. Por la mañana se reía tan alegre, tan clara, tan multiplicadamente como el agua del campo, de la que parecía siempre que venía de lavarse la cara."

Vicente Aleixandre

·        De descripción interna, apropiado para enfocar el carácter ambicioso del personaje:

"No renunciaba a subir, a llegar cuanto más arriba pudiese, pero cada día pensaba menos en estas vaguedades de la ambición a largo plazo, propias de la juventud. Había llegado a los treinta y cinco años, y la codicia del poder era más fuerte y menos idealista; se contentaba con menos pero o quería con más fuerza, lo necesitaba más cerca; era el hombre que no espera, la sed en el desierto que abrasa y se satisface en el charco impuro sin aguardar a descubrir la fuente que está lejos en lugar desconocido. Sin confesárselo, sentía a veces desmayos de la voluntad y de la fe en sí mismo que le daban escalofríos."

Leopoldo Alas 'Clarín', de La Regenta

   
·        De descripción mixta, tanto los rasgos externo como los internos le proporcionan al autor material para evocar al personaje:

"Eusebio García Luengo (...) tenía los ojos muy negros, agudos bajo aquellas cejas tremendas, de un nietzscheanismo  irónico y frustrado. Tenía los pómulos muy salientes -erizados de pelo de barba-, y la boca hundida, con dientes sospecho que poco sanos. Llevaba siempre unos trajes que parecían lamentables, pero que si uno se fijaba un poco eran incluso nuevos y correctos. Lo que pasaba es que Eusebio García Luengo envejecía los trajes de dentro afuera, les comunicaba su cansancio interior, su desgalichamiento de alma, su escepticismo. Muy delgado, algo hundido, lento y pacífico, siempre si prisa, teorizante de esquina y filósofo al azar, Eusebio García Luengo era un conversador fascinante, original, inesperado y de largo aliento. Todo le nacía de un fondo sistemáticamente paradójico e irónico, y el único que no advertía su burla era el sometido en aquel momento a ella."

Francisco Umbral


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