El diario íntimo
Tal vez sea el diario íntimo la
forma más amplia de la literatura. En él se pueden incluir todos los géneros y
sus variantes siempre que se haga empleando la primera persona. El yo que
escribe tamiza todo lo que se le antoja a través de su punto de vista personal
y lo apunta en su diario como registro íntimo o como registro externo; como
fragmento de novela o como novela entera; como poema, relato o libre
asociación, cuya columna vertebral la constituyen las indicaciones de año, mes,
día, hora y a veces minutos y hasta segundos.
Del mismo modo, los novelistas o
los escritores de cuentos han elegido el diario íntimo como forma productiva..
El diario es
contradictorio
El diario íntimo se mueve
en un territorio contradictorio que es su detonante. Oscila entre lo caótico y
lo organizado.
Contradicción entre:
· Lo
caótico:
en
un diario se puede apuntar todo lo que al autor se le ocurra subjetivamente.
· Lo
organizado:
en
un diario hasta los mínimos fragmentos de tiempo vienen dados desde el mundo
objetivo.
¿Por qué decimos que la
contradicción ente la más extrema subjetividad y la más extrema objetividad es
un motor productivo del diario íntimo?
1 Porque es la escritura
menos obligada y, al mismo tiempo nos ofrece un cauce que nos facilita la
tarea.
Aparentemente se escribe cada día (de allí, el nombre de
diario) y para uno mismo
Decimos “aparentemente” pues no siempre se hace cada día y no
siempre es para uno mismo aunque de entrada ésa sea la pretensión.
Nos referimos en especial a quienes sienten placer por la
escritura creativa, lo cual indica que más tarde o más pronto lo consignado en
el diario será la materia prima de un texto “para lectores”.
2 Porque aunque en e diario íntimo
es válido escribir todo, las pautas temporales que lo estructuran son
ineludibles (si se las elude deja de ser un diario).
Esas pautas estimulan las ideas.
Uno puede encontrarse paralizado frente al papel en blanco y
las ideas empiezan a fluir al tener que responder las preguntas que diferentes
momentos del día constituyen.
O sea:
La propuesta:
quiero
escribir
y su consecuencia inmediata:
¿qué
escribo?
se
facilita si ante la misma consigna: “quiero escribir”, nos encontramos con una
serie de pautas:
·
5 de mayo, a
las 12
·
5 de mayo, a
las 12 y 10
·
5 de mayo, a
las 3 de la tarde
Las
pautas son: las 12, las 12 y 10 y las 3 de la tarde.
Cada
instante puede implicar una variedad de actos realizados que sin dichas pautas
no hubiéramos registrado. En este sentido, las marcas temporales, en especial
las correspondientes a las horas, minutos o incluso segundos son buenos
disparadores de ideas y argumentos.
Por ejemplo:
Retomando las citas anteriores
podemos deducir:
5
de mayo = primavera
principio
de mes
etc.
Luego,
podríamos agregar deducciones de tipo personal, según lo que cada uno asocie
con esa fecha determinada.
Por ejemplo:
5
de mayo = conocí a Teresa
me
compré la moto
nos
casamos
Con
respecto a las horas señaladas, se trabaja de la misma manera. Cada hora
indicará un aspecto de tipo general y uno particular.
Por
lo tanto, uno de los modos de superar el bloqueo frente al papel en blanco es
apuntar diferentes indicadores temporales (fecha, hora, etc.), y comenzar a
escribir lo que estos indicadores nos proveen.
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