miércoles, 28 de marzo de 2012

Leer para escribir – Paul Auster - La subversión de lo autobiográfico




“Todos mis libros son difíciles de escribir. Escribo de manera lenta y dolorosa. De hecho, no parto de una estructura; es el libro el que me encuentra a mí. Es más, si entendiera exactamente lo que escribo, no escribiría. Y cuando termino uno de mis libros me siento triste, lamento haber perdido a mis personajes.”

                                                                                                                      P.A.



La investigación constante es el elemento productor de la escritura de Auster. En ella se repiten temas como la búsqueda del padre, la soledad, la deriva existencial y la reflexión sobre la creación literaria. En varias de sus novelas, Auster utiliza elementos de novela negra, pero sólo como punto de partida.


1  La ruptura de lo convencional

Como dice uno de sus críticos, Mark Ford: “La originalidad de Auster es resultado de una magistral utilización de las técnicas de la literatura de vanguardia europea aplicadas a la mitología americana. Auster es, rara avis, un escritor experimental que provoca una lectura compulsiva”.
Ya en sus primeras obras, la Trilogía de Nueva York, podemos detectar transgresiones. Son tres novelas que tienen como escenario a Nueva York y que, como género, son novelas de misterio. Sin embargo, ni una cosa ni la otra responden a las convenciones. Nueva York es miserable y marginal, y la novela de misterio es una historia de intriga en la que detective y escritor son coincidentes.
El planteamiento de La ciudad de cristal, la primera novela de la trilogía, incluye a un personaje típico de Auster, el vagabundo, que dice lo siguiente:

“Vine a Nueva York porque es el sitio más deplorable que pueda existir, el más abyecto. El desastre está en todas partes, el desorden es absoluto. No tiene más que abrir los ojos para verlo. Gente destrozada, casas destrozadas, ideas destrozadas. La ciudad entera es un montón de basura”.

De lo que acaba hablando el escritor-detective es de El Quijote, cuyo autor, Cervantes, también transgredió un género, el de la novela de caballerías.


2  Un universo propio

Todos los libros de Auster están presididos por el afán de conocimiento, por la búsqueda espiritual. En este sentido, todos forman parte de un mismo universo; hasta tal punto, que Auster retoma personajes en varias novelas: protagonistas en una, meros accesorios en otra. Por ejemplo, Anna Blume, personaje principal de El país de las últimas cosas, aparece en El palacio de la luna como la novia ausente de Zimmer.
También determinadas obsesiones y temas reaparecen con frecuencia, conformando un mismo paisaje existencial que se va enriqueciendo libro a libro.


3  No calificar sino destacar

La narración de Auster avanza en espiral; cada tanto, se retoman los datos principales y se agregan unos pocos detalles, espesando la trama y empleando escasos adjetivos calificativos.
A menudo, las frases escuetas aparentan decir lo imprescindible, pero los datos son tan esenciales que sugieren mucho más.

Ejemplo
“Éstas son las últimas cosas –escribía ella-. Desaparecen una a una y no vuelven nunca más.”

El país de las últimas cosas

Ejemplo
“Nadie puede cruzar la frontera que le separa de otro, por la sencilla razón que nadie puede lograr acceso a sí mismo.”

La habitación cerrada
  


lunes, 26 de marzo de 2012

Técnicas y temas del oficio – El narrador (2 de 4) – Parte 4 de 5 - Taller de Textos


TALLER DE TEXTOS

La práctica sugerida a continuación nos permite introducirnos en el territorio de la omnisciencia y aprobar o descartar este tipo de narrador.

Propuesta 1 – Principio, medio y final dados

Escribir un texto que incluya las siguientes frases, como principio, medio y final del texto. Emplear un narrador omnisciente para hacerlo.

            Principio: Una mujer uniformada de verde no vio al que subió la escalera.

            Medio: Se apresuró.

            Final: Le pidió que no mintiera.


Propuesta 2 – Soñar

Relatar un sueño real o inventado.

Volverlo a contar desde un narrador omnisciente


Propuesta 3 – Recontar

Contar, empleando un narrador omnisciente, el siguiente párrafo del Diario de Ana Frank:

Es el primer sábado desde hace meses que no me ha parecido triste, ni fastidioso, ni monótono, y todo gracias a Peter y a nadie más.
Esta mañana, cuando fui a colgar el delantal en el desván, papa me preguntó si quería quedarme para una conversación en francés.

jueves, 22 de marzo de 2012

Técnicas y temas del oficio – El narrador (2 de 4) – Parte 3 de 5


El narrador omnisciente lo es tanto del acontecer como de lo psicológico. En general utiliza siempre la tercera persona gramatical. Otras de sus ventajas son:

1 Anticipar los hechos y crear misterio.

2 Favorecer la síntesis

La omnisciencia, por otra parte, favorece en algunos casos la brevedad. Porque si el narrador se sitúa por encima de la acción, como es el caso del omnisciente, ejerce poderes amplios, manipula su material a voluntad y consigue:

1 Cambiar el foco de la acción en tiempo y lugar.

2 Resumir u omitir partes de la acción.

Este manipulador de un microcosmos es capaz de abarcar la totalidad de su creación y de sus criaturas. No está limitado ni por el tiempo no por el espacio, percibe tanto lo sucesivo como lo simultáneo, lo lejano y lo cercano, lo grandioso y lo mínimo, las causas y las consecuencias.
Impone su autoridad al lector y a os personajes. Por lo tanto puede referirse a acontecimientos que ninguno de ellos ha presenciado ni vivido.
Por ejemplo, puede saber lo que pasa en la celda de una prisión, lo que piensa el presidiario que no alcanzan a ver ni sus carceleros; al mismo tiempo, comentar lo que hacen su madre y su hermana que están a doscientos kilómetros de distancia o pasar a hablar del árbol genealógico de todos ellos y referirse a los abuelos o los bisabuelos de los cuales también puede contar todo.
Al cambiar el foco de un momento a otro, la historia adquiere cierto dinamismo. Se favorece dicho dinamismo si se resumen u omiten partes de la acción. El primer capítulo de La cartuja de Parma, de Stendhal, está constituido en gran parte por una panorámica de la ocupación de Lombardía por el ejército de Napoleón:

“El 15 de Mayo de 1796, el general Bonaparte hizo su entrada en Milán, al frente de ese joven ejército que acababa de pasar el puente de Lodi, demostrando al mundo que, después de tantos siglos, César y Alejandro tenían un sucesor.

Más adelante, la escena se interrumpe con la llegada del teniente Robert al palacio de la marquesa del Dongo. El resumen prosigue a continuación:

“Esta época de imprevista felicidad y embriaguez duró sólo dos breves años…

Los franceses en Milán, en 1800


Recordar…
Peligros
Ventajas
* Manipula los acontecimientos y a los personajes
* Permite abreviar el material narrativo al ser capaz de saltar de un lugar a otro y de un tiempo a otro
* Por lo tanto, los personajes se quedan al margen mientras el narrador habla de ellos
* A través del narrador omnisciente se puede contar lo más absurdo, lo imposible, como si fuera lo más natural del mundo
* Coarta al lector en su capacidad de imaginar. En lugar de insinuarle, le da explicaciones contundentes
* El lector es conducido con mano firme a través de la narración



La impersonalidad narrativa

Tal como hemos visto, el narrador omnisciente se reduce en presencia a un grado cero, está totalmente fuera del relato, y así le cede a una voz impersonal la misión de darle al lector las pautas que constituyen el mundo del autor. O sea:

El narrador omnisciente es una voz impersonal puesto que:

1 Se expresa en tercera persona.

2 Se sitúa fuera del relato.

3 Interviene como punto de referencia.

4 Representa las opiniones del autor.

5 Mantiene el control sobre todos los aspectos de la narración.

6 Sitúa al lector y lo orienta por todos los nudos del argumento.

Benito Pérez Galdós empleó esta voz narrativa impersonal en sus novelas. Observemos un fragmento de Fortunata y Jacinta, una de las novelas de dicho autor, donde Galdós conduce todo el tiempo al narrador e interpreta cada párrafo orientado al lector:

“Juanito reconoció el número 11 en la puerta de una tienda de aves y huevos. Por allí se había de entrar sin duda, pisando plumas y apartando cascarones. Preguntó a dos mujeres que pelaban gallinas y pollo y le contestaron, señalando una mampara, que aquella era la escalera del 11. Portal y tienda eran una misma cosa en aquel edificio característico del Madrid primitivo. Y entonces se explicó Juanito por qué llevaba muchos días Estupiñá, pegadas a las botas, plumas de diferentes aves (…). La voracidad del hombre no tiene límites, y sacrifica a su apetito no sólo las presentes sino las futuras generaciones gallináceas.

¿Cómo lo hace Galdós?

1 Sitúa al lector en casa del personaje Estupiñá.

2 Expresa la reflexión del personaje.

3 Amplía la escena incluyendo más personajes.

4 Explica detalles que afectan no sólo a la situación particular sino a lo social de ese período de Madrid.

5 Vuelve a explicar los pensamientos y reflexiones del personaje.

6 Por último, presenta un juicio del autor que coincide con su visión irónica del mundo.


Cómo podemos lograr la voz impersonal

Si imitamos el fragmento anterior conseguiremos entender cómo emplea Galdós el narrador omnisciente.

Un ejemplo podría ser

1 Antoñito escuchó las voces de unos gitanos que venían del otro lado de la calle.

2 Esa sería la gente del mercado, sin duda, los que vendían las puntillas que le había encargado su madre.

3 Se lo contó a los dueños de la pensión y le dijeron que los gitanos vivían detrás de la farmacia.

4 Se detuvo en la puerta de la farmacia, un portal típico de la Barcelona de los años sesenta.

5 Y entonces entendió a qué se debían los gritos (…).

6 La marginalidad es una plaga en el mundo actual y crece con el crecimiento del mundo.


Cómo podemos lograr la voz impersonal

Trabajar la narración “desde dentro” es conveniente para dominar las técnicas y elegir las que necesitábamos emplear.
En el caso del narrador, la imitación de un pasaje de varias frases, tal como acabamos de practicarlo con el omnisciente, es un método que facilita su comprensión.


Recapitulando…


1 El narrador omnisciente ve los acontecimientos desde fuera, no participa y lo controla todo.

2 Emplea la tercera persona como voz narrativa que acota causas y consecuencias de los hechos y relata lo que los personajes sienten o piensan.

3 Cuenta lo que ocurre en un lugar y simultáneamente en otro, al extremo opuesto del planeta.

4 Se pasea por el tiempo y por los tiempos.

5 Puede crear personajes sin vida propia y el relato puede acabar siendo el portavoz de una idea.

         6 Permite contar lo más increíble como algo natural

sábado, 17 de marzo de 2012

Técnicas y temas del oficio – El narrador (2 de 4) – Parte 2 de 5


Ser Dios

El narrador omnisciente conoce todo de todos. Tanto las acciones como las opiniones y motivaciones de los personajes.
Explica directamente sin acarar quien es ni porqué está enterado. Revela incluso lo irrevelable: los pensamientos más íntimos de los personajes.
Además, juzga y supone. No hace ninguna alusión a sí mismo. No participa del mundo que describe sino que o ve desde su ángulo panorámico, como si fuera Dios, es decir, un ser privilegiado que no sólo conoce el juego, también cada carta y sabe a qué jugador le va a tocar.

         Sabe todo de todos

            Un ejemplo:
“El no la miraba de frente. Pensaba para sus adentros que un día la encontraría suplicando a sus pies. Ella imaginaba estrategias para perderlo de vista. Le temía y trataba de disimularlo”

Suele suceder que sabe más que el mismo personaje porque elige un ángulo de visión desde donde nada se le escapa.
Podemos comprobarlo cambiando el narrador protagonista de un párrafo de Ramón J. Sender:

“A mi los únicos que me interesaban (…) eran un joven matrimonio que vivían en el tercero derecha B. Él se llamaba Aurelio (…). Ella se llamaba Eva, o al menos así la llamaban y a pesar de mi intimidad con ellos nunca me molesté en averiguar si el nombre verdadero de ella era Evangelina, Evarista o Evelina.”

Empleando el narrador omnisciente sería:

“A él los únicos que le interesaban y en los que constantemente pensaba era en un joven matrimonio que vivía en el tercero derecha B. Él se llamaba Aurelio que era el nombre de su padre al que no soportaba (…). Ella se llamaba Eva, pero en su fuero íntimo deseaba llamarse María.


Peligros del narrador omnisciente

Empleando el narrador omnisciente se puede dar tanta información desde fuera que los personajes quedan casi al margen de la narración. Son los casos en los que el narrador indica, comenta, no a través de la voz del personaje, sino de su propia voz. El único que posee datos es el narrador y abusa de su poder. En estos casos, el personaje se convierte en una especie de “empleado” de la historia y no adquiere vida propia como sería lo más efectivo.
La manipulación es evidente en Doña Perfecta, la protagonista de la novela de Benito Pérez Galdós. Más que como una persona, el lector la percibe como un compendio de ideas acerca de la visión que tienen los conservadores de los republicanos del siglo XIX. Se convierte en un carácter rígido y no en una individualidad vívida.
Lo mismo ocurre en La Regenta, de Leopoldo Alas, Clarín:

“Como el pensamiento le llevaba muy lejos, el Magistral sintió una reacción en su conciencia, reacción favorable a su fama.
‘Hagámonos más justicia’, pensó sin querer, por el instinto de conservación que tiene el amos propio.
Y entonces recordó que su madre era quien le empujaba a todos aquellos actos de avaricia que ahora le sacaban los colores al rostro.

Una narración escrita no es un medio, sino un fin en sí misma


Nota personal: a mi también me da la impresión que quien ha redactado este capítulo está en contra del narrador omnisciente, je, je… lo que es curioso cuando se critica de manipulador al narrador omnisciente, y a la vez puede entenderse como manipulación en contra de este tipo de narrador los juicios y opiniones que contra él se van vertiendo en el capítulo. Llegado este punto, espero que todos estemos preparados como escritores amateurs pero como lectores expertos para “rebelarnos” contra este tipo de opiniones y decir algo así “escucho tu opinión, pero tú dame los hechos, que yo decidiré lo mejor para mi estilo ó relato”


Ventajas del narrador omnisciente

Generalmente, se elige por la sensación de distanciamiento que se produce entre el narrador y lo narrado. Al respecto, José Saramago ha dicho: “El distanciamiento que utilizo en mis novelas tiene que ver con el papel del narrador. Es omnipresente, omnisciente y habla de un tiempo que puede dislocarse. Sabe aquello que sus personajes ignoran, incluso lo que sucederá en el futuro. Entonces organiza un sistema de iluminación en todas las cosas”.
Y también ha sido elegido por Gabriel García Márquez en Cien años de soledad para señalar las causas y las consecuencias de las acciones más insólitas que ejecutan los personajes, tanto las demostrables como las improbables:

“Sólo Rebeca era infeliz con la amenaza de Amaranta. Conocía el carácter de su hermana, la altivez de su espíritu, y la asustaba la virulencia de su rencor. Pasaba horas chupándose el dedo en el baño, aferrándose a un agotador esfuerzo de voluntad para no comer tierra.


jueves, 15 de marzo de 2012

Técnicas y temas del oficio – El narrador (2 de 4) – Parte 1 de 5


El Narrador (2 de 4)

Al escribir un relato, el capítulo de una novela o una novela entera, debemos preguntarnos: “¿Qué quiero decir?” Lo cual se conecta inevitablemente con: “Cómo lo voy a decir”. Ahí es donde entra en juego el narrador, elemento determinante que organiza la narración. Adoptando diversas perspectivas orienta al lector. Entonces, debemos elegir un punto real o imaginario desde donde enfocaremos los hechos a través del narrador, que lo contará en un tono de voz también elegido por razones de conveniencia. Del tono hablaremos más adelante, por ahora nos detendremos en las focalizaciones o lugares desde donde se enfoca. Para perfilar el narrador, conviene que nos preguntemos: ¿Qué focalizo? ¿Cómo lo focalizo?


¿Qué perspectivas puede adoptar?

En las novelas de aventura, donde el interés se centra en el misterio, el narrador no nos revela todo inmediatamente.
Según cual sea el efecto que queremos lograr, recurrimos a uno u otro, como por ejemplo, en la escena de la carroza de Madame Bovary, enteramente contada desde un punto de vista externo e inocente.
Otras veces hemos visto al protagonista actuar delante de nosotros sin que jamás se nos informe de sus pensamientos o sus sentimientos; como en las novelas de Dashiel Hammett y algunas de Hemingway, donde la discreción del narrador le deja al lector total libertad para adivinar.
Es el caso opuesto al narrador omnisciente que puede abrumarnos con su exceso de información.
Las perspectivas principales que el narrador puede adoptar son:

a) Omnisciente. Narrador que focaliza todo. Su visión es total

b) Protagonista. Narrador que focaliza lo que le concierne. Su visión es limitada.

c) Testigo. Narrador que focaliza parcialmente. Su visión es limitada.

Cada una de las perspectivas o focalizaciones mencionadas tiene sus variantes.

d) Modo cinematográfico. El narrador expresa sólo actuaciones.

e) Personajes que narran a través de los diálogos.

Si bien cada narrador elegido por el escritor ofrece ventajas y desventajas a la hora de poner en marcha un mundo no hay limitaciones para dicha elección. Conocer los riesgos de unos más que de otros no implica descartarlos. Ni aun en el caso del narrador omnisciente, contra el que se han alzado los escritores a principios del siglo XX. Fue la técnica tradicional de la novela, y especialmente en el siglo XIX, de la que se hizo uso y abuso durante mucho tiempo. Es bueno conocer, como decíamos, las causas por las que entró en crisis. Pero no para rechazarlo como norma, sino para descubrir una herramienta que en algún momento puede sernos útil.
De hecho, así lo han decidido algunos escritores contemporáneos, como García Márquez o Saramago, que han utilizado al narrador omnisciente en algunas de sus obras.


El saber del narrador

Tal como ya señalamos, cómo contar depende de cómo saber. Así se establece la relación entre el conocimiento del narrador y el de los personajes, que puede ser

Mayor: el narrador sabe más que los personajes

Igual: el narrador y los personajes saben lo mismo

Menor: el narrador sabe menos que los personajes

En el caso del narrador omnisciente, su saber es mayor. Abarca absolutamente todos os aspectos de un drama, incluso los más ínfimos e impenetrables.
Típico es el ejemplo de Balzac, que con este modo de narrar pretende ser lo más realista posible.

Variación
                                                   de
                      perspectivas


Gustave Flauvert

Retomamos los ejemplos antes citados para comprobar las perspectivas “discretas” que adoptan los narradores en algunos fragmentos de novelas clásicas.
En Madame Bovary, de Gustave Flauvert, la escena contada desde el punto de vista del testigo externo que no opina:

“Y en el puerto, entre bidones y barricas, y en las calles, al borde de las aceras, los ciudadanos abrían unos ojos como platos ante aquello tan extraordinario en provincias: un coche con las cortinillas bajadas que reaparecía continuamente, más cerrado que una tumba y bamboleándose como un navío. (…)
Después, hacia las seis, el coche se detuvo en una calleja del barrio de Beauvoisine y se apeó una mujer que marchaba con el velo caído y sin volver la cabeza.”


En El halcón maltés, de Dashiell Hammett, hay un narrador más discreto todavía. Cuenta sólo lo que ve sin opinar:

“Una voz dijo ‘gracias’ tan quedamente que sólo una perfecta articulación hizo inteligible la palabra, y una mujer joven pasó por la puerta. Avanzó despacio, como tanteando el piso, mirando a Spade con ojos de color cobalto, a la vez tímidos y penetrantes.
Era alta, cimbreña, sin un solo ángulo. Se mantenía derecha y era alta de pecho. Iba vestida en dos tonos de azul (…). A través de su sonrisa brillaba la blancura de los dientes.”




jueves, 1 de marzo de 2012

Secretos y recursos de la creatividad – Claves del proceso creativo – Parte 4 de 5


TALLER DE TEXTOS

Experimentar con ejercicios que apelen a nuestro mundo interno, como los siguientes, es un entrenamiento de la creatividad.

Propuesta 1 – Asociaciones

Establecer asociaciones entre un paraguas y una escopeta. Explicar la relación paso a paso hasta fundir ambos objetos en el texto


Propuesta 2 – Visión interior

Cerrar los ojos y concentrarse durante unos minutos en la visión de una página. Abrir los ojos y ponerse a escribir inmediatamente acerca de dicha página: sus características y qué veíamos y no veíamos en ella mientras estábamos con los ojos cerrados.


Propuesta 3 – Rellenar un texto

Escribir uniendo entre sí las siguientes palabras, es decir, rellenar los espacios en blanco de cada renglón y conseguir un texto.

……………………………………………………………………………………………. había ……… izquierda …………………………………………………………………………… pero …………………………………………………………………………………………………….. ………………………. la estación ……………………………………………………………….. ……………………………………….. todavía con sol …………………………………………..
…………………………………………………………………………………………una tortuga
Como a las once y cuarto …………………………………………………………………………. …………………………………………………………………………………….. y preguntó …. …………………………………………………………………………………………………….................................................... la salida equivocada …………………………………………….. ……………………………………………………………………………………………… las … puertas …………………………………………………………………………………………….. ……………………………………………………………………………………. por la escalera eléctrica …………………………………………………………………………………………… ……………………………………………………. En el número 8 ……………………………... …………………………….. en bata ……………………………………………………………... …………………………………………………………………………………………………….. …………………………………………………….. inventó ……………………………………..

Propuesta 4 – El motor de un texto

El motor de un texto puede ser un sentimiento concentrado en una palabra. Entonces, observar la siguiente lista de palabras:

Entusiasmo   Miedo   Estremecimiento   Angustia
Alegría   Pena   Fascinación   Rabia
Dolor   Tentación   Impotencia   Vergüenza

Hay sentimientos parecidos en cuanto a su significado en la lista anterior, por ejemplo “Dolor – Angustia - Pena”. Sin embargo, cada uno tiene matices que los diferencian; la palabra como tal, con su número de letras, su fonética, etc., ya indica las diferencias. Escribir es también estar atento a los matices.

1. Cerrar los ojos durante 30 segundos, controlados por reloj, y pensar en la palabra “pena”

2. Escribir lo que has imaginado

3. Repetir el ejercicio con la palabra “angustia” y después con la palabra “dolor”

4. Comparar las diferencias entre los tres resultados e incluirlos total o parcialmente en un relato


Propuesta 5 – Captar lo cotidiano

Salir temprano, preferiblemente un sábado por la mañana en que las ciudades adquieren un movimiento particular. Observar a las pocas personas que se encuentren por la calle. Fantasear acerca de lo que ocurriría tras las puertas cerradas de diferentes sitios. Seleccionar una de las observaciones y profundizar en ella escribiéndola momentos más tarde.